La mayoría de personas que contrajo el covid-19 suele recuperarse en cuatro semanas. No obstante, hay casos en los cuales se dejan secuelas a largo plazo que incluso se pueden considerar como un síndrome post-covid o un covid-19 prolongado.
Si bien en su mayoría esto ocurre en personas mayores y que tuvieron complicaciones al tener el virus, también se puede presentar en pacientes con síntomas leves o que no tuvieron síntomas iniciales.
Entre estas reacciones se encuentran: tos, sensación de hormigueo, dolores en pecho, cabeza o estómago, fiebre, mareos, cansancio, diarrea, dificultad para respirar, cambios en el estado de ánimo y descontrol en el ciclo menstrual.
Daño a los órganos y problemas sanguíneos
Los que padecen de la enfermedad por coronavirus pueden acumular células sanguíneas que formen coágulos. Si estos son grandes, causan ataques al corazón, pero si son pequeños, bloquean los vasos sanguíneos capilares.
También puede debilitar los vasos sanguíneos y causar fugas. En consecuencia, se pueden dañar diversos órganos como los pulmones, las piernas, el hígado, los riñones y hasta el cerebro.
Existen, además, efectos multiorgánicos o afecciones autoinmunes causadas por el covid-19, es decir, el sistema inmunitario ataca a células y tejidos sanos. Esto provoca inflamaciones y fallas orgánicas.
Problemas psicológicos y de fatiga
Por lo general, las personas con síntomas graves de covid-19 entran en terapia intensiva. En consecuencia, muchas personas presentan el síndrome post-cuidados intensivos (PICS), el cual incluye debilidad grave, problemas para razonar, ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático (TEPT).
En otros casos, también se da el síndrome respiratorio agudo grave (SARS), cuando se tiene la enfermedad por covid. Quienes se recuperan quedan con el síndrome de fatiga crónica, el cual empeora la actividad física y mental sin mejorar el descanso.
Fuentes:
CDC
https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/long-term-effects/index.html
Mayo Clinic