Cada dos minutos, alguien tiene un ataque cardíaco en México. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el año pasado destacó como número uno dentro de las causas de muerte entre los mexicanos, la enfermedad cardiovascular, seguida por complicaciones derivadas de COVID-19 y la diabetes.

La mortalidad cardiovascular está aumentando su letalidad en el contexto de la pandemia, habiéndo doblado el número de los fallecimientos de los pacientes hospitalizados por infarto agudo de miocardio.

Como dato informativo, es importante saber que un ataque cardíaco se produce por un bloqueo del flujo de sangre que va al corazón, causado por acumulación de grasa, colesterol u otras sustancias que forman una placa en las arterias coronarias. Según la Organización Mundial de la Salud, el colesterol elevado es la forma más común de dislipidemia, una anomalía de colesterol y grasa en la sangre. El colesterol es un lípido que se encuentra en la sangre para formar células sanas, sin embargo, los niveles altos de colesterol malo, aumentan el riesgo de presentar eventos cardiovasculares. Es por ello que es necesario reducir su nivel en la sangre.

Se tiene un gran avance en cuanto al cuidado cardiovascular, sin embargo, no se ha logrado reducir adecuadamente el colesterol malo en pacientes con alto riesgo. Ante este resultado, se estima que para el 2035 la incidencia en enfermedades coronarias y accidentes cerebrovasculares aumentará considerablemente.

Por ello es importante contar con más tratamientos para pacientes que necesitan una reducción adicional de colesterol malo, como el inhibidor de la proteína-convertasa subtilisina/ kexina tipo 9 (PCSK9), que reduce el riesgo de eventos cardiovasculares más allá de lo que ha sido posible.

Es un buen momento para aprovechar el interés de todos en la salud para lograr cambios que impacten positivamente en la vida de los pacientes, mayormente en los temas del corazón.

De igual forma, se pueden seguir las siguientes recomendaciones para mejorar la salud y disminuir los factores de riesgo:

  • Una alimentación saludable.
  • Evitar el consumo de tabaco.
  • Hacer ejercicio.
  • Acudir al médico para revisiones de rutina.

 

Es de vital importancia el contacto de los pacientes con su médico especialista para llevar un control de manera regular con exámenes médicos que permitan alertar oportunamente sobre cualquier anomalía.

Difundir una cultura de prevención y crear conciencia en torno a los padecimientos cardiovasculares es tarea de todos, así como la importancia de vigilar y conocer los niveles de colesterol malo personalmente, además de la eliminación del vínculo silencioso que existe entre éste y el infarto al corazón y accidentes cerebrovasculares.

 

Fuentes:

https://www.forbes.com.mx/infarto-cardiaco-la-enfermedad-que-cobro-mas-vidas-que-el-covid-19-y-que-esta-afectando-a-mas-jovenes/

https://secardiologia.es/comunicacion/notas-de-prensa/notas-de-prensa-sec/11920-por-cada-muerte-por-covid-19-se-producen-al-menos-tres-o-cuatro-por-enfermedad-cardiovascular

https://elpais.com/sociedad/2021-09-29/enfermedades-cardiovasculares-primera-causa-de-muerte-en-mexico.html

https://www.revistaneo.com/articles/2021/09/23/infarto-al-corazon-supera-muertes-por-covid-19-en-mexico