Las vacunas son una forma eficaz de protegernos contra el COVID-19. Si bien es cierto que aún no contamos con una que nos garantice una inmunidad del 100%, las que ya existen, junto con sus refuerzos, han logrado que sean menos las hospitalizaciones y que bajen considerablemente los contagios.
Gracias a ellas se ha controlado más la enfermedad e, incluso, vamos en camino a que se logre regresar a esa normalidad que todos esperamos. Sin embargo, hay algo que hace más lento este camino: las personas que no quieren vacunarse contra el coronavirus.
¿Por qué la gente no quiere vacunarse?
Hay muchas razones por las que las personas no quieren vacunarse contra el COVID-19. Los argumentos otorgados por los detractores a la inmunización van desde los relacionados con la desconfianza y el miedo, hasta aquellos que tienen fines ideológicos o que se ligan a teorías conspirativas.
Entre los más comunes se encuentran los que no consideran las vacunas seguras, la creencia de la inmunidad total tras contagiarse y temor a los efectos secundarios. A estos se agregan las personas que prefieren esperar a ver cómo reaccionaron los demás, los que no quieren ser obligados y aquellos que piensan que las farmacéuticas solo buscan hacer negocios.
En realidad, ninguna de estas razones tiene un sustento verídico. Se ha demostrado que las vacunas aprobadas contra el COVID-19 son seguras y las farmacéuticas en realidad no hacen ningún negocio con esto, ya que solo pueden ser adquiridas por instituciones públicas, lo que lo hace poco lucrativo.
Además, si bien el haberse recuperado del COVID-19 genera anticuerpos, es necesario tener el esquema de vacunación completo para evitar complicaciones futuras y seguir reforzando las defensas adquiridas.
El peligro de no vacunarse
Por años, las vacunas han ayudado a erradicar la presencia de enfermedades letales como el sarampión, la poliomielitis y la viruela. Sin embargo, tendencias ideológicas recientes que van en contra de la vacunación han provocado que haya un resurgimiento de estos padecimientos.
¿Por qué pasa esto? Las vacunas ayudan a fortalecer al sistema inmunológico de diversas enfermedades. Si no se aplican, entonces esto no sucede, dejando al paciente vulnerable ante cualquier contagio. Por consecuencia, los virus pueden mutar y ser cada vez más fuertes.
En pocas palabras, si queremos que el COVID-19 se controle, necesitamos vacunarnos todos. De lo contrario, seguirá mutando de forma constante. Recordemos que al no hacerlo no solo nos ponemos en riesgo nosotros, sino también a los demás.
Vacunarse es la mejor opción
Para evitar la propagación del coronavirus, debemos tener nuestro esquema de vacunación completo. No importa si estamos muy bien de salud, si ya nos recuperamos de un previo contagio, ni cualquier otra razón, al menos que un médico experto la dicte por alguna enfermedad que te pondría en riesgo. Y, en ese caso, casi siempre se busca aplazar la dosis, no evitarla.
Así evitaremos complicaciones en la enfermedad y futuras mutaciones del virus. Además, necesitamos continuar con medidas de prevención como el uso del cubrebocas, lavarnos las manos y obtener un diagnóstico oportuno con pruebas rápidas para recibir una atención temprana.
Nuestro bienestar está en nuestras manos, no caigamos en la desinformación ni comuniquemos rumores de los cuales no hay evidencia científica. Protegernos es nuestra responsabilidad, juntos podemos frenar esta pandemia.
Fuentes:
CDC
https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/vaccines/vaccine-benefits.html
Enfermería 21
CONICYT
https://www.conicyt.cl/explora/el-riesgo-mortal-de-no-vacunarse-expertos-advierten-grave-peligro/